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jueves, 30 de octubre de 2014

Artículo. Un viaje en bicicleta y packraft por el Finskogen.


Acabo de volver de estar una semana en el bosque. Una semana mojado sobre una bici con ruedas de tractor cargado como un yak en las laderas del Himalaya. Todo un experimento que ha terminado, tras mil improvisaciones, bien, muy bien. Quería probar una bicicleta de ruedas gotdas y la posibilidad de descender en packraft un río que tenía controlado desde hace un tiempo con la bici encima. Ambas cosas nuevas para mi. Elegí tras mucha búsqueda dirigir mis pasos hacia el Finnskogen, una zona boscosa situada en el sur de Noruega justo en la frontera con Suecia. Acudí un poco tarde, cuando el invierno comenzaba a anunciar su presencia con tímidas nevadas. Mi intención era recorrer la comarca de norte a sur, saliendo de la localidad de Eleverum y pedaleando hasta Kongsvinger, en el sur. 

Primera noche en la tienda, secando el material.
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Segunda noche. Secando las botas como todas las noches.
Nieve fresca.
Comencé de manera miserable con un tramo de carretera donde llovía a cántaros y los camiones me salpicaban como quien te arroja cubos de agua sinpiedad a escasa distancia. La lluvia se transformó en nievecuando abandoné la ruta asfaltada y me interné por un estrecho sendero. Ahí aprendí mi primera lección: la bici no va bien sobre nieve fresca. Acampé y no paró de nevar toda la noche y la mañana siguiente. Decidí desde ese momento no salir de las pistas evitando los senderos en la medida de lo posible si quería completar los más o menos doscientos kilómetros que me separaban de Kongsvinger. Rediseñé el itinerario la primera noche en la tienda, es lo que ocurre cuando pruebas  y haces cosas raras o experimentos. 

Primeras paladas en el río Rotna.

Frente al gapahuk donde dormí la segunda noche.
Mi objetivo era, a parte de cruzar el Finnskogen, remar al menos parte del Rotna, a cuya cabecera, formada por un conjunto de lagos, me dirigí. El trayecto por las pistas embarradas mejoró y llegué al río la noche del tercer día. A la mañana siguiente, tras una hora de pedaleo bajo la lluvia, desmonté la bici, hinché el packraft y la puse encima. El resto de la jornada remé parte del río, incluyendo algún lago, algú pequeño rápido y algún que otro porteo. Aquella noche, calado a más no poder, encontré refugio en una cabaña en construcción sin suelo pero con techo, que es lo importante. A mediodía de la siguiente jornada, la sexta de viaje, salía de nuevo a la carretera y tras pedalear unas horas más llegué a Kongsvinger. Mi tío me vino a buscar con una cerveza fría y una bolsa de patatas fritas. Hay cosas en la vida que no tienen precio. 

Carretera compacta y terreno sencillo.

Son muchas las conclusiones obtenidas tras este viaje pero mequedo con lo sorprendente que es cómo se amplían las posibilidades y las miradas sobre un mapa gracias a la evolución de los medios de transporte y de nuestra propia imaginación. Pinchando aquí podéis ver un mapa de la ruta que realicé.

Al final del viaje con las primeras personas que me encontré en toda la semana.
La Gorda descansa al lado del camino.
Las fuentes del Rotna.
Buscando el itinerario.
El país de los lagos.

Algunos datos sobre el viaje:

Bicicleta: Surley Pugsley. Alquilada en www.routesandadventures.com
Packraft: Alpackaraft Dalai Lama www.alpackaraft.com

Fechas: del 15 al 20 octubre 2014
Kilómetros: 195
Inicio: Elverum
Final: Kongsvinger
Aeropuerto más cercano: Oslo (adonde vuela Ryanair y Norwegian)
Mapas: Finnskogen Norte, Finnskogen Mirdre, Finnskogen Syd Ed.   www.dnt.com


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