Para poner fin a la temporada de otoño en la que hemos estado
explorando las posibilidades que la zona centro ofrece al packraft, nos
dirigimos a los alrededores de Cantalojas, Guadalajara, una fría mañana de
finales de diciembre. La intención era descender el tramo llamado "clásico" del
río Sorbe. Éste va desde el puente que cruza el río pasado el
centro de interpretación del Hayedo de Tejera Negra hasta un barranco por el
que cual ascenderíamos de vuelta en dirección al coche, aparcado previamente en
Cantalojas.
 |
Saliendo desde Cantalojas |
Tardamos algo más de una hora en llegar al punto de embarque donde
inflamos nuestras barcas y comenzamos el descenso. Eran las 10 de la mañana y
la temperatura rozaba los cero grados. Un buena actividad para estrenar
nuestros trajes secos. La primera parte del recorrido es tranquila y los
rápidos fáciles se alternan con remansos de agua clara. El río desciende entre
altas paredes de pizarra que se levantan y desaparecen a cada meandro. Las
orillas están bastante despejadas de vegetación, al contrario de otros ríos de
esta sierra que hemos descendido.
 |
Marco, sus músculos, y su traje estanco nuevo. |
A dos tercios del recorrido aparece un primer salto de unos dos
metros, fácil, que cae sobre una poza. A este salto le sigue otro de cinco
metros, que yo no me atreví a acometer y me escaqueé por la derecha. Marco sí lo
hizo y estrenó el traje estanco. Tras pasar los dos saltos una zona de rápidos
te conduce a un sifón a la izquierda con el que hay que tener precaución. Más tarde
otro rápido termina en una curva a derecha muy pronunciada que termina en una poza. Tras la poza se
encuentra el infranqueable, una sucesión de cascadas no navegables. Para
evitarlas se encuentran un par de argollas a la izquierda desde las que rapelar.
La instalación ha de ser revisada antes de emplearla.
 |
Marco García en el salto de cinco metros. |
 |
Zonas frías y oscuras del descenso. |
Como es habitual y debido a su ligereza, lancé mi packraft desde
lo alto en vez de rapelar con él. Y al hacerlo éste quedó ensartado en una rama
tronchada que miraba hacia el cielo desde el suelo. El descenso tuvo que
acabarse algún kilómetro antes de lo que habíamos pensado. Llevábamos cerca de
seis horas de actividad y tampoco teníamos demasiadas más de luz así que
emprendimos la vuelta campo a través para conectar con una red de caminos y
pistas que nos condujo hasta el coche en un par de horas.
 |
Río abajo. |
 |
Raja en el packraft tras ser ensartado. |
Se trata de una actividad increíble en un entorno de gran belleza
y bastante aislado. Con cierta exigencia tanto física como técnica. En este
tipo de actividades hay que tener precaución pues cualquier contratiempo puede
alargar mucho la jornada y nos encontramos en un sitio muy aislado. Yo por mi
parte jamás pensé que existiesen semejantes posibilidades de aventura en
nuestras cercanas montañas.
Para realizar esta actividad se debe de contar con autorización de la administración competente ya que está dentro de un parque natural
ResponderEliminarGracias por la aclaración. Importante contar con las autorizaciones pertinentes.
ResponderEliminar