Continuando con la exploración que las sierras de Madrid ofrecen a
las posibilidades del packraft, nos dirigimos Marco y yo hacia el puerto de la
Quesera, en el macizo de Ayllón. Era una mañana fría y en la aproximación en
coche las hayas de la Pedrosa descansaban heladas y blanquecinas, con una fina
capa de nieve y escarcha en sus ramas. Este es otro de esos ríos difíciles de
remar con cualquier otra embarcación que no sea un packraft pues es necesario
que tengan mucho agua para ser navegados. Otro de los problemas es la
vegetación con ramas y troncos que obstaculizan el cauce constantemente. Cerca
del lugar llamado Los Paredones echamos nuestros barcos al agua habiendo
previamente dejado escondida una bici en el camino de salida a la carretera
para, con ella, volver pedaleando al coche. El río bajaba con fuerza, es
estrecho y, como he dicho, golpearse con ramas y troncos es lo más habitual. Al
final del recorrido una rama me había arrancado un pendiente y nuestros puños y
caras estaban marcados por el latigazo de mil sacudidas. Los rápidos se suceden
aunque son sencillos, en uno de los primeros una rama me enganchó y volqué.
Tras unas horas emprendimos el camino a pie de subida hacia la carretera donde
una bicicleta nos esperaba y con ella la vuelta al coche y a nuestras casas.
Es impresionante las posibilidades que esta sierra ofrece. Aún
tenemos en nuestro mapa multitud de ríos que queremos descender y explorar, y
excursiones a pie y en packraft en este lugar tan remoto y a la vez tan cercano
a Madrid.
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Hayedo de la Pedrosa |
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Embarque. |
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Primeros tramos. |
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Primeros ràpidos. |
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Río Jaramilla. |
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Saliendo del cauce para orientarnos. |
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Salida del río. |
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Camino de vuelta. |
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Vistas del valle por el que discurre el Jaramilla. |
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Vistas del valle río arriba por donde discurre el Jaramilla. |
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