Waldo Aguayo Riquelme, packrafter, Guía de Turismo Ventura de Chile. Trabaja en Río Puelo, Cochamó, en la región de Los Lagos, Patagonia.
En la segunda crónica que nos envía desde Patagonia, nos detalla un viaje de 11 días para llegar a la pared fantástica de uno de los pocos glaciares que no están en retroceso en el campo sur, el glaciar Pio XI, de la región del Hielo Patagónico Sur. Mientras otros glaciares han sufrido un retroceso de hasta 11 km, el Pio XI avanza y sigue desarrollándose, lo que nos indica la diferente respuesta del hielo patagónico sur
Con pequeñas reseñas diarias y las fotos enviadas nos hacemos idea perfectamente de la magnitud y la calidad del viaje, y nos da pistas de por dónde empezar si queremos viajar a aquellas latitudes.
Expedición Glaciar Pío XI. Waldo Aguayo. DICIEMBRE 2017
El glaciar Pío XI, se ubica en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena. Forma parte del conjunto de glaciares que componen el Campo de Hielo Sur, sienƒdo el mayor de todos ellos con sus 1265 km² de superficie. Desciende por la vertiente occidental de éste a través del fiordo Eyre en un recorrido de 64 km, convirtiéndolo de esta manera en el glaciar más grande del hemisferio sur fuera de la Antártida.
En la segunda crónica que nos envía desde Patagonia, nos detalla un viaje de 11 días para llegar a la pared fantástica de uno de los pocos glaciares que no están en retroceso en el campo sur, el glaciar Pio XI, de la región del Hielo Patagónico Sur. Mientras otros glaciares han sufrido un retroceso de hasta 11 km, el Pio XI avanza y sigue desarrollándose, lo que nos indica la diferente respuesta del hielo patagónico sur
Con pequeñas reseñas diarias y las fotos enviadas nos hacemos idea perfectamente de la magnitud y la calidad del viaje, y nos da pistas de por dónde empezar si queremos viajar a aquellas latitudes.
Expedición Glaciar Pío XI. Waldo Aguayo. DICIEMBRE 2017
El glaciar Pío XI, se ubica en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena. Forma parte del conjunto de glaciares que componen el Campo de Hielo Sur, sienƒdo el mayor de todos ellos con sus 1265 km² de superficie. Desciende por la vertiente occidental de éste a través del fiordo Eyre en un recorrido de 64 km, convirtiéndolo de esta manera en el glaciar más grande del hemisferio sur fuera de la Antártida.
La expedición empezó con la organización de José Luis Dragón y Gregor Sieboeck. Al tiempo se unió al grupo Rodrigo Vidal, y luego yo, quien les escribe.
Mi viaje empezó el 27 de Diciembre del 2017 desde Río Puelo hasta Puerto Montt, Región de Los Lagos, Para luego tomar el Vuelo hasta Balmaseda y Llegar a Coyhaique, Región de Aysén.
Ahí, con todos los miembros de la expedición, ya reunidos, empezamos a ver los últimos detalles de planificación. Compramos comida para la expedición y arrendamos dos packrafts NRS a la empresa “Patagonia Rafting”.
Lamentablemente Gregor se bajó de la expedición en Coyhaique y no siguió con nosotros.
En los Siguientes días viajamos por la Carretera Austral hasta llegar a Caleta Tortel, Donde tomamos la barcaza que realiza el tramo Caleta Tortel - Puerto Natales. A mitad de aquella ruta marítima se encuentra el Pueblo de Puerto Edén.
El 31 de Diciembre llegamos a Puerto Edén, Región de Magallanes y la Antártica Chilena.
En el muelle del Pueblo, nos recibe don Aliro Vargas, Guardaparque del Parque Nacional Bernardo O’Higgins (PNBO).
El sería el Capitán que nos cruzaría en lancha desde el pueblo hasta el estero Reindeer. Claro que hizo más que eso, nos aconsejo sobre la ruta, nos ayudo con los permisos necesarios con Conaf, La comunidad Kaweskar y la Armada Chilena, nos guío el primer día de expedición junto a Don Guillermo (también guarda parque del PNBO) y a la vuelta nos llevó a buscar centollas en su lancha!
3 de Enero: Comienzo de la Expedición!
Ruta completa: Caminar dos días desde Estero Reindeer hacia Bahía Elizabeth para luego remar un día en packraft al Fiordo Eyre, donde cae la Pared Sur del Glaciar Pío XI. Un día para remar y explorar la cara sur y al siguiente empezar el retorno, en total 7 días. Don Aliro nos iría a buscar al estero Reindeer el 11 de Enero, así que estábamos bien con el tiempo.
Comenzamos la navegación a las 13:00 hrs aprox. en la embarcación de Don Aliro, ya que dependíamos de la marea alta para ingresar a E. Reindeer, para luego empezar con la caminata a las 14:30 aprox. en el primer tramo donde nos guiaron Don Aliro y Don Guillermo cruzamos un bosque frondoso con una huella poco marcada, donde fácilmente uno puede perder horas para salir del bosque.
Pasando el bosque en la ruta original había una pasarela de madera que usaban para cruzar un río. Nosotros sabíamos que tal puente había caído, y teníamos que evaluar cómo hacer el cruce.
Al final la solución fue que yo hice algunos cruces caminando con mi jardinera (“peto”) de neopreno y botines, amarrar una cuerda y cruzar las cosas en packraft ayudándose de la cuerda.
No lo cruzamos remando porque el caudal estaba rápido y el río tenía varios saltos peligrosos, así que por seguridad fue mejor así.
Don Aliro y don Guillermo llegaban hasta ese lugar y se volvían. Desde ese punto empezamos los tres solos hacía Bahía Elizabeth, también desde ahí, empezó la lluvia, la cual nos acompañaría todos los días hasta llegar a Puerto Edén.
Luego de Caminar un par de horas sobre mallín y cruzar un par de ríos caminando, montamos el campamento.
Pasando el bosque en la ruta original había una pasarela de madera que usaban para cruzar un río. Nosotros sabíamos que tal puente había caído, y teníamos que evaluar cómo hacer el cruce.
Al final la solución fue que yo hice algunos cruces caminando con mi jardinera (“peto”) de neopreno y botines, amarrar una cuerda y cruzar las cosas en packraft ayudándose de la cuerda.
No lo cruzamos remando porque el caudal estaba rápido y el río tenía varios saltos peligrosos, así que por seguridad fue mejor así.
Don Aliro y don Guillermo llegaban hasta ese lugar y se volvían. Desde ese punto empezamos los tres solos hacía Bahía Elizabeth, también desde ahí, empezó la lluvia, la cual nos acompañaría todos los días hasta llegar a Puerto Edén.
Luego de Caminar un par de horas sobre mallín y cruzar un par de ríos caminando, montamos el campamento.
4 de Enero
Empezamos un día con mucha lluvia y una caminata por mallín. Las mochilas van pesadas por la comida, equipo y el agua que agarraron. El lugar es increíble, muy salvaje, sin senderos marcados. La opción era caminar por el mallín, donde a veces nos enterramos hasta la rodilla y subir un poco las morrenas. En la Ruta completa hasta Bahía Elizabeth hay varias lagunas, nos aconsejaron siempre mantenernos por el lado norte de las lagunas, ósea el lado izquierdo y montarnos en la morrena.
Después de un día con mucha lluvia y caminata decidimos armar campamento, ya que llegando a la laguna grande, a mitad de camino, nos dimos cuenta que teníamos que montarnos más en la morrena para no pasar por un bosque casi impenetrable.
Después de un día con mucha lluvia y caminata decidimos armar campamento, ya que llegando a la laguna grande, a mitad de camino, nos dimos cuenta que teníamos que montarnos más en la morrena para no pasar por un bosque casi impenetrable.
5 de Enero
El clima cede un poco, incluso en unos minutos de la mañana salió el sol y pudimos secar algo la ropa. Aunque no duró mucho ya que en la caminata, cruzamos un par de ríos y nos montamos en la morrena.
Este fue el día que más caminamos, nos montamos en unas morrenas increíbles, con una vista privilegiada, donde pudimos contemplar Bahía Elizabeth, nos llenamos de alegría!
Pensábamos “tan cerca y a la vez tan lejos” jaja.
Este fue el día que más caminamos, nos montamos en unas morrenas increíbles, con una vista privilegiada, donde pudimos contemplar Bahía Elizabeth, nos llenamos de alegría!
Pensábamos “tan cerca y a la vez tan lejos” jaja.
A un par de kilómetros de llegar a la tan anhelada Bahía, tuvimos que cruzar unos tramos de bosque realmente frondoso, la “tupición”. Esto nos iba a pasar tarde o temprano, así que a un km de la Bahía, acampamos.
6 de Enero
El tramo que nos faltaba para llegar a Bahía Elizabeth lo hicimos rápido, las ganas que teníamos de llegar ahí nos dieron mucha energía, más una gran cena y descanso en la noche anterior.
El trekking consistió en bordear una morrena y bajar por un bosque frondoso. Al llegar a la bahía no podíamos contener la felicidad, preparamos los packraft, equipo y al agua!
Empezar a remar fue un deleite, en algunos tramos nos acompañaban algunos lobos y delfines Chilenos.
Los chicos andaban muy bien y cómodos con sus packraft NRS, y yo completamente feliz con mi AlpackRaft.
Después de remar unos 8 km hasta una puntilla para descansar, avistamos un velero. Les hablamos por radio, pero no hubo respuesta, no le dimos más importancia y seguimos adelante.
Empezar a remar fue un deleite, en algunos tramos nos acompañaban algunos lobos y delfines Chilenos.
Los chicos andaban muy bien y cómodos con sus packraft NRS, y yo completamente feliz con mi AlpackRaft.
Después de remar unos 8 km hasta una puntilla para descansar, avistamos un velero. Les hablamos por radio, pero no hubo respuesta, no le dimos más importancia y seguimos adelante.
Pasando la última puntilla, empieza a mostrarse la pared del Colosal Pío XI. Este momento fue rimbombante, cuando Jose Luis la vio celebró! Y Rodrigo empezó a gritar de felicidad! Personalmente tuve una reacción que tardo unos minutos, no podía creer que estábamos ante tal titán.
Llegamos a una playa protegida donde desemboca un estero y caminando un poco se veía el glaciar, campamento perfecto. El cambio de temperatura se sintió de una manera casi instantánea, la presencia del Glaciar se sentía. Así que montamos campamento, nos cambiamos de ropa, preparamos cena y nos acostamos después de un atardecer despejado.
Este día era para explorar cerca del glaciar y luego empezar el retorno, ya que nos demoramos una jornada más en llegar a nuestro actual punto, y el 11 de Enero Don Aliro nos pasa a buscar a E. Reindeer.
Antes de empezar a remar vemos al velero ir hacía la pared del glaciar y escuchamos una conversación en radio, pero en ingles. Jose Luis me pasó la radio y empecé a hablar con ellos y resulta que el día anterior no respondieron porque tenían la radio apagada y no hablaban mucho el español, quedamos en juntarnos más tarde cerca del glaciar.
Empezamos a remar y el sedimento del glaciar era muy fuerte, la visibilidad en el agua era de un metro aprox. (la comprobé con el remo)
Nos juntamos con nuestros nuevos amigos Frank y Sophie, y descubrimos que eran Belgas y que nos invitaban a tomar algo en la tarde. Seguramente quedaron sorprendidos al ver a tres sujetos en unos “botesitos inflables” en tal punto del planeta.
Empezamos a remar y el sedimento del glaciar era muy fuerte, la visibilidad en el agua era de un metro aprox. (la comprobé con el remo)
Nos juntamos con nuestros nuevos amigos Frank y Sophie, y descubrimos que eran Belgas y que nos invitaban a tomar algo en la tarde. Seguramente quedaron sorprendidos al ver a tres sujetos en unos “botesitos inflables” en tal punto del planeta.
A los minutos de separarnos, empieza una lluvia constante, muy fuerte. Sumando la ventisca del glaciar, llegamos a 1 Km de la pared aprox. ya que el cielo se cerró y la lluvia no paró.
Empezamos el retorno, pero antes de pasar la puntilla, paramos en una playa a montar el toldo, tomar unos mates, comer algo y entrar en calor, el frío era realmente intenso.
Empezamos el retorno, pero antes de pasar la puntilla, paramos en una playa a montar el toldo, tomar unos mates, comer algo y entrar en calor, el frío era realmente intenso.
Unos 4 km antes de llegar a Bahía Elizabeth, estaban fondeados nuestros amigos en su velero “Anastasia” en Caleta Soli. Nos invitaron a su velero, y quedamos sorprendidos por la calefacción, Nos dieron café caliente y un queque para comer, fue un “manjar”.
Conversando, nos contaron que viajaban hace dos años y medio. Empezaron en Bélgica, bajaron a España, Portugal, algunos países de África, cruzaron el Atlántico en once días, Brasil, Argentina y Chile.
En la conversación salió el tema de la ruta y el clima para los siguientes días y surgió la opción de que viajáramos junto a ellos en el velero, ninguno de los tres había navegado en uno, y estaríamos en Puerto Edén el 9 de Enero. Así que salimos a montar el campamento cerca y a descansar.
8 de Enero
Empezamos temprano, ayudando a Frank y Sophie con las maniobras de cuerdas para salir de la Caleta. Fue un día con mucho viento y algo de lluvia, nuestros nuevos amigos eran unos increíbles navegantes.
Llegamos a una caleta que está a dos horas de navegación a vela, como el clima estaba malo, fue mejor quedarnos ahí.
Salimos temprano nuevamente, como era de costumbre muchos delfines Chilenos nos acompañaban durante la navegación, sobre todo en el comienzo.
Llegamos a Puerto Edén cerca de las 11 am Don Aliro nos recibió feliz, y empezó la celebración! Ese día Don Aliro nos invito a almorzar y compartir unas cervezas.
El 12 de Enero tomamos la Barcaza hacia Caleta Tortel y dejábamos tal indómito pueblo.
Personalmente creo que fue una experiencia única, sumándole todas las situaciones. Debo admitir también que quedé con muchas ganas de volver. Hay muchos lugares y rutas poco exploradas.
Quiero agradecer a la familia y amigos por el apoyo incondicional, a Rodrigo y Jose por apañar hasta el final en la expedición, a la gente que nos dio buenas vibras durante el camino, al Rule por darnos alojamiento en Tortel y a mis amigos “Destino Patagonia” y "Puerto Río Tranquilo” por el apoyo y alojamiento, A Pablo y la familia de Puelo SiempreVerde por el apoyo y buena onda y al equipo de Planeta Packraft por el increíble apoyo.
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Gracias Waldo. Esperamos más crónicas de aquella parte del mundo.
Un abrazo!!!!
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Gracias Waldo. Esperamos más crónicas de aquella parte del mundo.
Un abrazo!!!!
Muy buen relato. Gloriosa experiencia.
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