PlanetaPackraft : Travesía en la Cordillera de los Andes Chile - explorando un salvaje lago de montaña por Patricio Sanhueza

Llegó el día de nuestras vacaciones, cargamos nuestro equipo y nos lanzamos a la aventura!

Todo comenzó 3 años atrás, mientras recorría por Google Earth, buscando un destino en el sur de Chile, me percaté de un gran lago junto a una laguna custodiados por paredes verticales de piedra granito e inmerso entre densos bosques nativos... no parecía un lugar de fácil acceso, pues se interna justo entre la frontera limítrofe de Chile y Argentina... así es como comenzó todo.

Rápida y decididamente le comenté a Tamara, mi polola, del lugar que encontré, invitándola a ser mi yunta en esta travesía, quien me apañó desde un principio, sin saber cómo íbamos alcanzar nuestro proyecto.

Ansiosos, investigamos días, noches, meses y hasta años sobre cómo conseguir llegar y explorar el lugar que queríamos conocer. Nos encontramos con varias dificultades, entre ellas rondaba la casi nula información del lugar, sumado a que el terreno en cuestión está actualmente controlado por un parque privado, donde en pocas palabras son nulas las posibilidades de conseguir el acceso, principalmente por no contar con un sendero y con ello el riesgo de no conseguir salir con vida del milenario bosque de coigües. En esos momentos pensamos que sin acceso y sin una ruta definida, se complicaría llegar a nuestro destino y con ello a nuestro hogar.

En paralelo, necesitaríamos de una logística especializada para superar los bosques nativos con desnivel, cruces de ríos, humedales y grandes distancias remando secciones de aguas.

Para ser autosuficientes en el proyecto, el concepto que elegimos fue elegir equipamiento ultraligero, pues debíamos cargar equipo para los 9 días que estaríamos insertos en la Cordillera de los Andes, y sabíamos que el peso que cargaríamos sobre nuestros hombros sería clave para lograr el objetivo, sin comprometer la seguridad de nosotros.

Un soleado día de noviembre del año 2021, estacioné la camioneta, nos despedimos de nuestras familias e iniciamos el trekking de media montaña hacia nuestro destino. La verdad, en ese momento nos sentimos lejos, no teníamos la certeza de asegurar un rescate, si las cosas salían mal, pues no contamos con equipos de comunicaciones VHF ni satelitales.

El primer desafío fue sortear los guardias que custodian la entrada del parque privado, para conseguir esto, caminamos de noche para no ser vistos, hasta hacer nuestro primer descanso en medio de un bosque milenario. Agotados, finalizamos la primera jornada y nos tiramos a dormir.

Muy temprano, a la mañana siguiente, levantamos campamento y nos esperaba lo más difícil, ya no habría una huella marcada y existirían muchas huellas de animales que son como un laberinto sin fin en el bosque... pues con el mejor ánimo continuamos la aproximación a la primera laguna.

Subimos y subimos desnivel, con un cruce de río, hasta alcanzar el portezuelo alto, donde a lo lejos entremedio del denso bosque, un bloque de agua se deja ver. A medida que avanzábamos era cada vez más claro, sus gigantescas paredes verticales de piedra granito eran su característica principal... nos sentimos tremendamente felices de estar llegando y descendimos entre un suelo de ceniza volcánica, arena y tierra de hojas de su ladera sur.

Llegando a la primera sección de agua, laguna gemelas

Llegamos!!! Una hermosa playa en forma de herradura, marcada por cientos de huellas de distintos animales, entre ellos, puma, jabalí y zorro, nos esperaba. Armamos nuestro segundo campamento, pescamos nuestra cena y disfrutamos la maravillosa noche junto a una rica trucha silvestre, que mejor!

La mañana siguiente, fue un hermoso despertar, tomamos desayuno contemplando el sonido de la orilla de lago y el canto inconfundible del chucao. Esa tarde, empacamos nuestras cosas, guardamos los bastones de trekking y desplegamos los remos... nos lanzamos a la naturaleza salvaje que esconden estas montañas, pues sabíamos que desde ahí en adelante un puñado de personas conocía, y esconde muy bien en ellas el secreto de lo asombroso que ahí a visto.

Cruzamos longitudinalmente la laguna en packraft y llegamos a su desembocadura, un transparente y estrecho río de unos 600 metros de largo, que se interna en el bosque y conecta con el lago de mayor tamaño, ahí estábamos! lo remamos y también porteamos en los tramos donde los árboles caídos sobre el agua no permitían avanzar.

Sección de remando laguna gemelas - vista cordillera Oriente

Río que conecta laguna gemelas con lago gris

Tras finalizar el cruce de río, un tremendo lago se deja ver, de mayor tamaño que su hermana menor. Esta vez, nuestro objetivo era cruzar longitudinalmente hasta el occidente, explorando su cara norte.

Lago gris

De pronto, el calmo día se ve interrumpido por un ronco ruido de truenos, un aumento de viento y con ello una crecida considerable del tamaño de las olas. A mitad de nuestra ruta planificada, mientras la lluvia se venía encima, decidimos varar los botes y buscar una playa por lo pronto.

Cerro kuralemu - lago gris

Estábamos justo en frente de una gigantesca pared vertical, donde se desprendían dos cascadas de deshielo. Rápidamente, armamos campamento, amarramos nuestros botes en el bosque y comimos algo caliente dentro de la carpa. Dos días, nos azotó la meteorología, pero como dice el dicho... "a mal tiempo, buena cara", nos levantamos y mojados hicimos vida de campamento... había que disfrutarlo!

Días de lluvia en la Cordillera

Los días siguientes fueron mejores, nos enfocamos en explorar cada playa, cada rincón que encontramos, remando por las costas del lago y armando carpa en ellas!

Días de campamento

Sin duda no estábamos solos, frescas huellas de pumas estampadas en la playa encontrábamos, incluso hasta la proximidad de la carpa. Por otra parte, la huala, con su singular canto nos acompañaba desde el agua junto a las prehistóricas truchas, mientras que el cóndor desde lo alto de las montañas.

Un día decidimos explorar un bosque, así fue como nos adentramos unos 300 metros y era estar en otra dimensión... ruidos entre los arbustos del suelo, distintos tipos de choques de ramas en lo alto, corrientes de aire... El bosque tiene vida y nos sentimos tan diminutos que no pudimos seguir avanzando en él, tremendo!

Explorando el prístino Lago gris

Podríamos describir las infinitas cosas que nos acompañaron esos días, pero preferimos guardarlas y sólo dar una pincelada a lo que fue nuestro proyecto. Fue así, como llegó el último día, nos armamos de fuerzas y emprendimos el regreso, pero esta vez no pololeando, sino que comprometidos... así fue como terminamos esta pequeña travesía.